Viaje por el Norte de Italia, parte II.

Hola de nuevo, aquí estoy para contaros el resto de nuestro viaje del pasado verano por el Norte de Italia. Como habéis podido leer en el anterior post, nuestra base operaciones era Milán y desde allí en tren nos movimos al resto de destinos que teníamos planificado visitar. Desde las Estación Central de Milán puedes viajar en poco tiempo a un montón de lugares interesantes, los trenes y en general todo el transporte público,  funcionan fenomenal en este país, además de ser súper barato y si vas con niños aún más. Ahí va el resto.

Día 3_Mañana en Bérgamo y tarde en Milán.

Me habían hablado maravillas de Bérgamo y la verdad que aunque no es muy grande y se visita rápido, es uno de los imprescindibles de la región de Lombardía. La ciudad está dividida en dos, La Ciudad Baja, que es la zona nueva y comercial en torno a una gran avenida y La Ciudad Alta, ciudad medieval dónde se encuentran los monumentos y el patrimonio histórico de la misma.

Para subir a la Cittá Alta, lo más recomendable es hacerlo en el funicular. En pocos minutos subes hasta arriba, aunque para cogerlo tuvimos que hacer un poquito de cola.

La Piazza Vecchia es uno de los atractivos de esta ciudad. En ella se ubica la Torre Cívica, también conocida como Campanone,  alberga la campana más grande de toda Lombardía y a la cual se puede subir. En el medio de la plaza se encuentra la Fontana del Contarini, que durante siglos fue el depósito de agua más importante de la ciudad. Detrás de la plaza, se ubican el Duomo y la basílica de Santa María Maggiore. 

                   




La Via Gombito es una de las arterias principales de la ciudad alta y en ella se encuenta la Torre Gambito, que fue construida para controlar el acceso a la Piazza Vecchia y que hoy día alberga la oficina de turismo de Bérgamo. 




La Via Colleoni es otra de las calles importantes de la Cittá Alta y al final de la misma se encuentra la Piazza de la Citadella, otra plaza llena de bares y restaurantes. 

                              

Dos imprescindibles gastro del lugar son los Polenta e Osei de Nessi, que son los dulces típicos de Bérgamo  y el helado de straciatella, que fue creado en esta ciudad. 


  

De vuelta a Milán, dedicamos la tarde a dar un paseo por el centro y visitar, la zona del Quadrilatero d´Oro, dónde se encuentran las tiendas de marcas de lujo como Gucci, Armani, Valentino, Prada, etc, pero no aptas para todos los bolsillos. Allí cerquita también encontramos un Lego Store, que si vais con niños es muy recomendable visitar. Mirad la réplica del Duomo que hay en la tienda, es impresionante.






Día 4_Turín.

Os confieso que Turín era una de las ciudades que más ganas tenía de conocer en este viaje. Había visto varios reportajes en televisión sobre esta ciudad, así que no podíamos perder la oportunidad de visitarla en este viaje. El desplazamiento desde Milán es cómodo, se hace en tren de alta velocidad y en una 1 hora y algo estás en Turín. 





Turín es la capital de la región del Piamonte, surcada por las aguas del río Po y  una de las ciudades más bonitas de Italia, con un montón de atractivos turísticos que visitar y que quizás sólo un día es poco para verlo todo. 



La vía Roma es una de las principales calles comerciales de Turín,  con soportales a ambos lados y que une la Piazza Castello y la Piazza San Carlo, dos de las plazas más importantes de la ciudad. La Piazza de San Carlo, está presidida por dos iglesias gemelas en uno de sus extremos, la de Santa Cristina y la de san Carlos Borromeo. Además es conocida como "el salón de Turín" y en ella hay numerosos cafés históricos dónde poder sentarte a hacer un alto en el camino.






Otra de las plazas importantes de la ciudad es la Piazza Castello, dónde está el majestuoso Palazzo Reale, antigua residencia de la Casa de Saboya y que alberga una gran armería y también el Palazzo Madama. A la vuelta del Palacio Real se encuentra la catedral de Turín, que es conocida por albergar la reliquia de la Sábana Santa.





Otro de los atractivos turísticos de la ciudad es  la Molle Antonelliana, que durante mucho tiempo fue el edificio más alto de la ciudad y que alberga el Museo del Cine. Se  puede subir hasta la parte de arriba y poder contemplar unas vistas impresionantes de la ciudad con los Alpes de fondo.




Otra plaza impresionante es la Piazza Vittorio, situada junto al río Po, una plaza inmensa llena de bares y restaurantes y lugar de encuentro en esta ciudad. Aquí hicimos un alto en el camino para comer, aunque para encontrar sitio nos costó un poquito,  comimos fenomenal en una terraza bajo los soportales. El restaurante se llamaba Ristorante Tabischeria, muy recomendable y buena relación calidad precio.




Otra curiosidad de esta ciudad es que tiene el mercado al aire libre más grande de Europa, el Mercato de Porta Palazzo, con casi 1000 puestos en los que te puedes encontrar de todo. Al lado hay un mercado cubierto con un montón de puestos y restaurantes. Te comprarías de todo!




Día 5_Milán

Para poder disfrutar nuestro último día en Milán habíamos cogido el vuelo de vuelta a casa a última hora, lo que nos permitió aprovechar todo el día en la ciudad para visitar dos imprescindibles de Milán.

Habíamos reservado para poder visitar el Cenacolo Vinciano, la obra de la Última Cena de Leonardo da Vinci, que se puede ver en el refectorio del convento dominico de Santa María de la Grazie. Este es  uno de los lugares más visitados de la ciudad. Nos costó un montón encontrar entradas y hasta unos pocos días antes de viajar, no pudimos comprarlas.







Nuestra siguiente visita era otro lugar mítico, el Teatro alla Scala, uno de los templos operísticos del mundo, que en su interior alberga un museo con una gran colección de cuadros, bustos, trajes y muchos más objetos relacionados con la ópera. Es impresionante asomarte a uno de sus palcos y observar este bello teatro.



Tras la visita a la Scala, nuestra siguiente parada era visitar el barrio de Brera, muy cerquita del propio teatro y una visita muy recomendable si vienes a Milán. La Via Brera es la arteria principal de este barrio, una mezcla entre bohemio y chic, y que está plagado de palacios, galerías y tiendas muy chulas.



Aquí también se encuentra la Pinacoteca de Brera, uno de los museos más importantes de la ciudad y que no visitamos, aunque si que entramos a su patio central.




Como ya era la hora de comer, buscamos un lugar chulo para comer en nuestro último día en la ciudad Nos llamó la atención la Osteria da Fortunata, un local en cuyo escaparate estaban haciendo la pasta fresca dos cocineras, que luego pudimos degustar. Estaba todo buenísimo!!




Pues aquí termina nuestro viaje por el Norte de Italia. Una escapada muy recomendable y que hemos disfrutado un montón, conociendo sitios preciosos y del que nos traemos bonitos recuerdos. Espero que os haya gustado y hasta el próximo post.


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