Ruta por las Rías Baixas (1ª parte)

Hola a todos! ¿Qué tal ha ido el verano? Espero que al menos hayáis podido descansar y desconectar, después del año tan horrible que llevamos. Aunque con muchas restricciones, hemos intentado aprovechar el verano al máximo y sobre todo descansar y cambiar de aires. Este año era difícil hacer un viaje como los que solemos hacer cada verano fuera de España, así que la mejor opción era pasar unos días en algún sitio cerca y poder descansar todo lo posible.

Nuestra elección de este año ha sido Galicia y pasar unos días en las Rías Baixas, conociendo y disfrutando de sus playas, paisajes y su rica gastronomía.  Y aunque el tiempo no ha acompañado demasiado, hemos pasado seis días estupendos.





Elegimos Sanxenxo como lugar para alojarnos, en un pequeño hotel a la entrada de la localidad, Hotel Sun Galicia. Sanxenxo nos recibió lloviendo, así que tras dar un paseo por el paseo y el puerto deportivo, tocaba comer. Nos habían hablado de A Casa do Che, una parrillada- merendero de los que tanto abundan por esta zona, con cocina típica gallega. Comimos una riquísima tortilla de patata acompañada con pimientos de padrón y un buen churrasco. Un lugar muy recomendable con una gran relación calidad precio.








Tras descansar un rato, visitamos la Illa de Arosa y Cambados. Como adoro los faros, en la isla nos dirigimos hasta Punta Cabalo dónde se encuentra el faro rodeado de grandes rocas y de pequeñas calas y un lugar desde dónde admirar las numerosas bateas que hay en la ría de Arousa. 






Tras el paseo, nos fuimos a Cambados, dónde pudimos probar alguna de las exquisiteces de la zona en A fonte do Viño, regado de un rico albariño de producción propia del restaurante llamado Pepa Loba. Este pueblo es la capital del albariño y hay numerosas bodegas que lo producen. Tras la cena nos dimos una vuelta por el casco histórico, que es muy bonito y merece la pena visitar.




Pazo de Fefiñans






Nuestro segundo día, volvió a estar pasado por agua, al menos por la mañana, así que decidimos visitar la ciudad de Pontevedra y de camino hacia allí, el pintoresco pueblo de Combarro, declarado sitio histórico y bien de interés cultural. El pueblo está construido sobre las rocas de granito que dan al mar y está lleno de casas marineras, cruceiros y los característicos hórreos. El pueblo tiene unos 60 y asomados al mar unos 30. Un paseo muy agradable y las mejores vistas del pueblo desde la playa. 






La siguiente parada, la ciudad de Pontevedra, con un casco histórico muy bonito y muy animado. Visitamos la iglesia de la Peregrina y dimos un paseo por su casco histórico, lleno de pequeñas plazas con mucha animación. Estuvimos en el mercado de Abastos, con sus puestos cargados de pescados y mariscos.









Por la tarde, dejó de llover y aunque hacía viento, dimos un paseo por los alrededores de la playa de la Lanzada y más tarde vimos el atardecer desde las calas de San Vicente do Mar. Un paseo muy recomendable por una pasarela de madera, lleno de pequeñas calas de arena blanca. Una preciosidad de lugar.




 






Cenamos en El Pirata, junto al Náutico, uno de los sitios míticos de la zona, dónde te puedes tomar una copa con música en directo. Cenamos super bien, y aunque no pudo ser en la terraza, es un sitio muy recomendable, estaba todo buenísimo!





Al día siguiente, nuestro 3er día,  el tiempo seguía siendo malo, así que decidimos acercarnos a visitar Santiago de Compostela, uno de esos sitios que siempre apetece visitar. El único pero fue que llovía un montón y nos calamos! Visitamos el Palacio Fonseca y  la catedral, pero como está en obras, la visita es muy corta y ves muy poquitas cosas. Fue una visita deslucida por la lluvia!





              

                                                    





Me habían recomendado visitar el mercado de abastos, y como soy muy fan de los mercados, no podía dejar de visitarlo. En pleno casco antiguo, es un espectáculo lo que puedes encontrar en él. Te apetece llevarte todo!





Una odisea encontrar un lugar para comer, así que nos tuvimos que conformar con un picoteo en la cafetería del Parador de los Reyes Católicos. Es una pasada este parador, de los más bonitos en los que he estado.




Después de comer y de vuelta a Sanxenxo visitamos el pueblo de Catoira, pueblo famoso porque en él se celebra una romería Vikinga, declarada de interés turístico internacional. Junto al centro de interpretación hay un drakar vikingo que hace las delicias de los más pequeños. Hacía malo y llovía, así que nuestro paseo fue corto.




De vuelta a Sanxenxo, tocaba cenar en otro sitio que nos habían recomendado, Casa da Barrosa, un restaurante bonito, con bodega propia y dónde cenamos fenomenal. Buen producto de la zona a buen precio. Sardinas a la brasa, carne a la parrilla  regados de un rico albariño y de postre un original helado de licor café. 







 

Hasta aquí la primera parte de nuestras vacaciones en la Rias Baixas. En el próximo post os contaré el resto. Espero que os haya gustado. Buen finde para todos, aunque sea pasado por agua!

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