Escapada de finde.

Hola a todos. Hoy os voy a contar nuestra escapada de hace unos fines de semana a la zona sur de Gredos y por el norte de Extremadura, por la comarca de la Vera y Plasencia. Teníamos ganas de visitar esta zona y desconectar durante el fin de semana.

Nuestra primera parada fue Candeleda, en la falda sur de Gredos en pleno valle del Tiétar. Un pueblo con mucho encanto y con paisajes increíbles, rodeado de ríos, gargantas y bosques al abrigo de la montaña y que destaca por su arquitectura y su gastronomía.




Merece la pena perderse por sus callejuelas estrechas y por su judería y contemplar las casas  entramadas, las construcciones típicas de la zona, con sus balcones de madera llenos de plantas y de flores, que hacen que el pueblo tenga un encanto especial.





Los alrededores también son espectaculares  y del pueblo parten varias rutas de senderismo. Nosotros estuvimos visitando y dando un paseo por el Santuario de Nuestra Señora de Chilla y sus alrededores, enclavado en la garganta de Chilla.






No podíamos dejar Candeleda sin disfrutar de la rica gastronomía de la zona. Comimos en el Restaurante Los Carreteros, en las afueras del pueblo, cerca del embalse de Rosarito. Pudimos disfrutar de unas ricas Patatas Revolconas, Cuchifrito y Ternera de Ávila. Todo buenísimo y un sitio muy recomendable si vas con niños, ya que cuenta con hinchables y zona infantil para los peques.





Al día siguiente dedicamos la mañana a visitar la comarca extremeña de la Vera, un lugar con muchísima historia y con lugares dónde disfrutar de la naturaleza. Nuestra primera parada fue en la Garganta del Diablo, una cascada espectacular y dónde sólo oyes el ruido del agua al caer. Imaginaros como estaba con lo que ha llovido.




Teníamos ganas de conocer alguno de los pueblos de esta comarca y uno de los más bonitos es sin duda Villanueva de la Vera, un pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico, con casas entramadas de madera, llenas de flores y por el que el agua corre por sus calles por pequeños canales. Muy recomendable dar un paseo por sus estrechas calles y su plaza mayor.




También estuvimos Jarandilla de la Vega, dónde estuvimos en el Castillo de los Condes de Oropesa, que hoy alberga el Parador y dónde se alojó Carlos V durante la construcción del Monasterio de Yuste. 





El tiempo no acompañaba y decidimos seguir hasta Plasencia para visitar la ciudad y comer antes de volver a Madrid. Plasencia es la capital del norte de Extremadura, ciudad monumental por excelencia dónde dentro de su muralla se puede disfrutar de numerosos monumentos llenos de historia.



A la hora de comer estuvimos comiendo en uno de los numerosos restaurantes en los soportales de la plaza, Español, dónde pudimos disfrutar de más platos típicos de la tierra, como las migas o la carne de cerdo ibérico.







Tras la comida y antes de volver a casa, estuvimos dando un paseo por todo el centro histórico, por su Plaza Mayor, viendo sus dos catedrales, su judería, el convento de Santo Domingo, convertido en Parador, su muralla, etc. Merece la pena visitar esta ciudad, está llena de historia en cada uno de sus rincones y tiene muchísimo ambiente. Habrá que repetir visita.









Espero que os haya gustado el post sobre nuestra escapada de finde, estuvo genial para recargar pilas y desconectar de la rutina. Un lugar dónde disfrutar de paisajes increíbles, rica gastronomía y respirar historia a cada paso. Hasta el próximo post.

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